De fiesta medieval

Me encantó llegar y encontrarme este atardecer.....

Este verano está tocando volver todos los fines de semana a Alcalá, y me gusta bastante. Estoy disfrutando mucho.

El fin de semana pasado tocó una fiesta medieval en la Fortaleza que corona este precioso pueblo.

Allí fue posible retrotraernos hasta los usos y costumbres del Medievo por medio de un zoco instalado sobre la gran explanada situada al abrigo de la construcción defensiva y la iglesia de Santa María la Mayor, del siglo XVI.

Cuando nos reunimos todos los amigos que allí habíamos quedado, nos encontramos con diversas actividades complementarias como la exposición de rapaces, juegos y pasacalles con la presencia de los encantadores de serpientes, caballeros, malabaristas, magos, pitonisas, acróbatas y bailarinas de la danza del vientre. Y alguna vez que otra, un estallido de cañón.

La verdad es que disfrutamos bastante de una noche distinta en nuestro lugar de siempre. Subimos los dos días, conscientes de que con un día nos sabría a poco. Y tuvimos suerte de comprar las entradas antes de que se agotasen, puesto que mucha gente se quedo con las ganas de ir. (Y nosotros abusando....jeje)

Me encantó todo. Las comidas típicas, tanto la dulce como la salada. La bebida era mas actual, aunque había "licores" de pepino y sandía, que la verdad, no estaban muy allá, al menos para mi. Lo bueno si que eran los maravillosos vermús de "Pepillo" figura indiscutible del pueblo. Bueno, él y su entrañable y antiquísimo bar. De su barra medieval no me separe la primera noche. Así acabo la noche. La culpa fue de la compañía......

Sentada en el parque...

Puede que perderte me ganara a mí la partida. Que tanto amor que destilabas en ti, me hiciese a mi misma odiarme por no saber arrebatarte una gotita del licor que desprendías aquella primera noche de miradas inquietas.
Quizás perderte también fue un regalo que el destino me hizo, cuando yo pensaba que el triunfo era haberte conquistado a pesar de que el primer premio lo compartiamos entre dos.

Fue fácil elevarte al altar, y créeme que aun no consigo que bajes de mi alma todos los peldaños que subiste con el permiso que concede la ingenuidad que lleva consigo el derecho a amar.
Y a pesar de que el agua salga tan caliente que el vapor no me deje ver el resto de mi cuerpo, sigo notando que las duchas son mas frías que las que nos dábamos juntos en aquel baño con tanta historia.

El hecho es, que a pesar de saber que vivía en un engaño, todavía puedo cerrar los ojos y oler aquel dulce sabor de la felicidad que hace un año ya, caduco.

A veces me gusta sentarme en este parque a pensar en ti, quizás porque esta virgen de tu presencia, y nada mas que yo llevo tatuado el sabor de tus pisadas. Será que para cuerpos como el mío es más fácil vivir arrugada en el tormento, que en la suavidad del disfrutar de nuevos caminos. Y eso que no me niego a arriesgar y vivir.

La cosa es que te fuiste sin decir el porque, y yo, a veces, y hoy especialmente, me siento en este profundo mar a bucear entre motivos, pero sigo sin encontrar el definitivo.

Por fin el bautizo!

Por fin llego el día. Y no sin nervios.
El sábado fue el bautizo del niño de mis ojos. Mi pequeño Pablito...
El viernes tocaba terminar los regalitos que le daban a los invitados. Unas cajas con el nombre del pequeño y su foto impreso en una pegatina. La cajita contenía las semillas de un trébol de cuatro hojas, que ya he plantado y que ya enseñaré! Ese mismo día cenamos los padrinos juntos y comentamos los últimos detalles.

Y el sábado.... Amanecía el día con un solecito que apuntaba a un gran día, pero no imaginaba que el día saliese taaaaaaan redondo. No había pegado ojo en toda la noche, los nervios me podían. Y todos nos encontramos en la iglesia. Y el protagonista no podía estar mas guapo.
Fue una ceremonia muy bonita, sencilla y muy bonita. El chiquitito no dejaba de dormir y sonreír, ni siquiera el agua le molesto. Un dulce.
Y por fin la celebración!
Llevábamos tanto tiempo sin estar juntos toda la familia... Por miles de historias, por ausencias muy significativas, por tragos amargos... Y fue un día de lo mas agradable. Todos juntos, haciendo carreras de cars, y reencontrándonos todos en la barra del bar, y mas risas, historias que contar, chistes, aventuras, abrazos, besos...
A las ocho ya solo quedábamos en el restaurante la última generación familiar sin contar con la que acaba de surgir con el nacimiento de Pablo. Y ahí ya fue la explosión de todos los sentidos...
Si algo nos callamos, en ese momento salio todo. Reconozco que termine llorando, y al día siguiente con dolores por todo el cuerpo, de todo lo que nos pudimos reír.
Abandonamos el sitio oficial por uno que pegase mas con nuestro embriagador estado... Y, ¿que mejor sitio que un karaoke? ¡¡Que vergüenza cuando lo recuerdo!! Y es que mi fuerte no es el cante, y sin embargo no tengo muy claro que soltase el micrófono.. Desde "Maquillaje" de Mecano, hasta "Romance de la Reina Mercedes". Un sin fin!!
Cuando ya no cogía ni un alfiler mas, y la familia estaba en boca de todos, nos volvimos a marchar, de nuevo a un bar con mas gente de nuestras condiciones por lo que a nuestro grupo se unieron bastantes amigos. Allí bailamos, bebimos, cantamos a voz en grito, y acabo de recordar, que el camarero nos puso un bol con tomate aliñado!!! Jaja.. Se me había olvidado por completo...
La noche se fue apagando,o mejor encendiendo, porque iba amaneciendo sin piedad. Y a las ocho de la mañana, casi que en pleno apogeo (porque aquello duró más...) Abandoné. Muy bien acompañada, y de la mano...
Todavía tengo mariposas en el estomago....

Tentaciones veraniegas...

Todos los veranos me da por algo. Y este año salgo perdiendo.
El año pasado no podía parar de tomar agua muy muy fria con miles de rodajitas de limón.. Uf... Me encantaba!
Pero este año.... No puedo parar de tomar helado, y no cualquier helado que sea refrescante y punto, no. Helado de nube!!!!
Sabe igual que las nubes de gominola, y es más, tiene trozos de nube pequeñitos por tooooodo el helado.. Pero tengo que dejar este vicio y volver al del año pasado, o eso, o terminare siendo una chica redonda!

El helado encima es azul, así que la primera vez que lo pedí me dio un poco de grima tomármelo, parecía que me estaba tomando un pitufo fresquito! Pero de verdad.. Se ha vuelto mi obsesión, no quiero comer nada mas que eso, ni beber nada más que un sorbito de mi regalo del cielo, que es esta heladería, que para colmo esta justo debajo de mi casa!!!

Pero prometo que se acabo... ya no tomo mas hasta la semana que viene, por lo menos que tengo que estar mona para el bautizo de mi sobrino que es este fin de semana. Además le he dicho a la heladera, que se le pone un sonrisón cada vez que entro, que no me atienda hasta por lo menos, el lunes!

Mi libro especial.....

Llevo unos días parada en casa, estando tranquilita, y pidiéndole al tiempo que pase rápido.
Y ayer, en uno de esos momentos, recordé la existencia de un gran libro, en todos los sentidos, que tenemos en casa. Es sencillamente maravilloso, su tacto, sus hojas, sus dibujos...
Se trata de una edición especial que se hace en el cincuentenario del Romancero gitano, con litografías y palabras de Rafael Alberti.
La introducción es de alabar. Se titula "Palabras" de Rafael Alberti. Cuenta el poeta como el autor del Romancero gitano, Federico García Lorca, va forjando cada verso en la Residencia de Estudiantes de Madrid.
Me encanta cuando Alberti cuenta como en un homenaje a D. Luis de Góngora descubre lo bien que recita Garcia Lorca y como la gente desgastó las palmas de sus manos aplaudiéndole: "La gente aplaudía poniéndose de pie, agitando los pañuelos, llegando en su entusiasmo a arrojarle las chaquetas y los sombreros, como ante la faena cumbre de un espada en la arena taurina. Por la noche, en el hotel donde nos hospedábamos, Federico, acompañandose al piano, cantó, con música suya, el romance de La Muerte del Camborio, con aquella gracia e inspiración que no le abandonan nunca. Fue un viaje de consagración total del poeta, algo así como la toma de la alternativa en la clásica plaza de toros de la Maestranza sevillana." Que suerte tendría vivir en esa residencia... Y poder adornar las paredes de tu habitación con dibujos de Salvador Dali, como cuenta Alberti que tenía Lorca su habitación.

Otra de las cosas que te enganchan de esta edición, es las imágenes que lo acompañan. Todas relacionadas con el poema al que acompañan. Puedes mirarlas durante horas, porque en cada trazo descubres una nueva idea.
La caligrafía es maravillosa, y es que de verdad, es uno de los libros más perfectos que jamas he visto. "Las palabras" de Alberti, a veces cuesta descifrarlas, parece realmente que el cogió estas hojas para escribir con una de esas plumas antiguas que gotea su tinta entre palabra y palabra.

A continuación de "Palabras", todo el Romancero. Y al finalizar reaparece Rafael Alberti con "Culminación del Romancero con una Balada para terminar" Y vuelve a aparecer el mágico Alberti. ..."No conozco otras ilustraciones del Romancero. Seguramente las hay. Pero yo no las he visto. Me da igual. Creo que éstas serán siempre las primeras que un poeta hizo a otro poeta que sentía la pintura, que hacía dibujos coloreados llenos de gracia e imaginación, con toques subrreales, con una muy especial personalidad e infantilismo, dramático o sonriente."... Y termina, y esto me fascinó descubrirlo, con una Balada que Alberti compone para el final de esta inimitable edición, y que a mi me pierde escuchar en la voz de Marina Heredia.